2023, un año propicio para optimizar las carteras con Renta Fija y activos no cotizados

En un reciente evento de la revista Inversión sobre la temática “Inversiones en Banca Privada” varios representantes de bancas privadas locales e internacionales, y de importantes gestoras de fondos internacionales, debatieron sobre las mejores opciones de inversión en 2023, recomendadas para los grandes inversores.

Tras la debacle de los mercados en 2022, un año en el que de forma inusual, se dio una alta correlación entre la Renta Fija y la Renta Variable porque ambos activos cayeron de forma notable al mismo tiempo,  el inicio de 2023 se ha presentado favorable para las inversiones, especialmente en la Renta Fija.

Los expertos debatieron sobre el impacto de esta subida de la Renta Fija en las carteras de los clientes de banca privada, y también del creciente peso de los activos poco correlacionados con los mercados financieros tradicionales, tales como los activos privados o las inversiones alternativas. Activos que se van consolidando como una de las preferencias de inversión para los mayores patrimonios.

Los expertos plantearon si 2023 puede ser para los clientes de banca privada, un ejercicio más estable y con rendimientos mejores que el catastrófico 2022.  La mayoría coincidió en que en estas fases de mercado, los triunfadores son precisamente los activos poco o nada correlacionados con la Renta Fija y la Renta Variable. Eso sí, a costa de una liquidez menor, y de limites mínimos muy elevados para invertir, lo que se ajusta muy bien al perfil de este segmento de inversores.

Dentro del espectro de activos privados, los expertos destacaron las inversiones sostenibles, una ola a la que los clientes de banca privada se están subiendo gracias al fuerte apoyo de gobiernos y reguladores nacionales e internacionales. Aunque los beneficios de  invertir con propósito todavía no se perciben por los clientes en su conjunto, más allá de  alcanzar hitos como la Transición Energética que permitirá llegar a 2050 con  “emisiones netas zero”, y otros objetivos incluidos en los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de la ONU. l

En resumen, los expertos coincidieron que el escenario actual de mercados en 2023 puede ser beneficioso en general para los inversores, aunque con ciertas cautelas y condicionantes.  

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Visión bancas privadas: 2023, año para mejorar el binomio rentabilidad/riesgo

Las firmas de banca privada siempre trabajan con el foco puesto en superar la rentabilidad real sin riesgo (tipos de interés menos inflación).  Para ello,  aportan una visión a largo plazo adaptada al perfil de riesgo, preferencias de inversión, y horizonte temporal, de cada cliente. Su objetivo final es batir a la inflación en cualquier momento de la economía y los mercados, preservando el patrimonio, y aportando tranquilidad a sus clientes en el largo plazo.

El rally actual en Renta Fija les favorece. Porque, gracias a los altos cupones actuales de los bonos, la parte de las carteras más conservadora, y por tanto más descorrelacionada del riesgo, está generando mayores retornos a los inversores.

Para aprovechar mejor las oportunidades que presenta la Renta Fija en 2023, los banqueros privados creen necesario diversificar. Tanto entre emisiones con diferentes rating, High Yield e Investment Grade, como entre distintos activos de Renta Fija:  bonos corporativos, bonos de gobiernos, fondos “buy & watch” y fondos “buy & hold” que aporten rentabilidades a vencimiento (3-4 años) con TIRes entre 3%-4%. Los banqueros privados creen que es momento de gestionar de forma eficiente la evolución del tramo de medio plazo en la curva de tipos.

Y es momento también, de carteras diversificas y con mayor peso de la Renta Fija, porque el inversor puede acceder a mayores retornos con menor riesgo, algo que sucede por primera vez tras 13 largos años con niveles de tipos reales en negativo.

La altísima liquidez es vista por las bancas privadas como un factor que impulsará el apetito de los inversores en 2023. Y el regreso a la habitual descorrelación entre Renta Fija y Renta Variable, facilitará que los clientes vuelvan a demandar los servicios clásicos de la banca privada que les generan valor añadido, tales como la construcción de carteras, la planificación financiera, o la gestión activa.

El inicio de 2023 ha convencido a los banqueros privados que va a ser un año para la gestión activa, porque dado el escenario actual, puede aportar Alpha en las carteras.  Y también va a ser un año para incluir en las carteras otros activos con baja correlación con los tradicionales y buenas perspectivas de retorno con el riesgo controlado, tales como private equity, infraestructuras, o inversiones alternativas. Activos que ayudan a optimizar el binomio rentabilidad/riesgo.

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En cuanto a la Renta Variable, las firmas de banca privada anticipan un 2023 con más episodios de volatilidad -lo acabamos de comprobar con la quiebra y rescate del Silicon Valley Bank- , aunque las perspectivas del activo en general son favorables. Porque se apoyan en un ciclo que está resistiendo más de lo esperado, y en que a lo largo del año, llegará el famoso pivote monetario, que supondrá el cambio de tendencia de política monetaria restrictiva, a expansiva.

Por tanto, al igual que en Renta Fija, el foco debe estar en el medio plazo, si el inversor quiere lograr rentabilidades reales positivas. La descorrelación, la gestión activa, y la búsqueda de activos reales e inversiones temáticas, dominará el escenario inversor en 2023.

Visión gestoras: La gestión activa, aportará valor en un escenario con más alternativas de inversión

La visión de algunas de las mayores gestoras de activos internacionales con presencia en España, estuvo centrada en las oportunidades que se pueden generar, en función del entorno previsto para 2023.  Al igual que las bancas privadas, estiman que la gestión activa será protagonista, porque el 80% de la rentabilidad de una cartera procede del Asset Allocation, y el universo de productos ha crecido muy significativamente, sobre todo con los activos privados, las megatendencias y la inversión sostenible.

En la Renta Fija, las gestoras creen que las subidas de tipos han dejado un escenario de niveles atractivos para la deuda de gobiernos con mayor calidad crediticia -Investment Grade-. Por zonas geográficas, en Estados Unidos optan por deuda a corto plazo, y en Europa, deuda con algo más de duración.

Donde las gestoras ven también valor es en el Crédito, sobre todo empresas con balances saneados que están resistiendo mejor el ciclo. Y en la deuda emergente en aquellos países que han subido tipos, porque aportan retornos muy atractivos.

El impacto de las incertidumbres en la economía les hace ser cautas con la deuda High Yield. Por lo cual, para aprovechar oportunidades es momento de la gestión activa y flexible, herramienta útil para identificar el potencial en deuda de gobiernos, crédito, ratings crediticios, duraciones, y zonas geográficas.

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Las gestoras se mostraron también cautelosas respecto al mejor enfoque inversor en Renta Variable en 2023. Porque no se sabe todavía dónde está el techo de la subida de tipos de interés. Por lo que éste va a ser un año para la inversión Value en empresas sólidas y de calidad, que aporten elevados dividendos. Y por zonas geográficas, mejor Europa y Emergentes, que un sobrevalorado Estados Unidos.

Los expertos en gestión de activos, resaltaron además que 2023 será un año para invertir en megatendencias, activos privados, e inversiones sostenibles.

Megatendencias como la Transición Energética, que según los expertos no ha hecho más que empezar; la economía circular (los productos se reciclan, reutilizan y comparten en lugar de desecharse); la tecnología como herramienta que convierte la economía en más eficiente; y el crecimiento de la población. Alguna gestora apuntó también el retorno del crecimiento del consumo en China como relevante para el corto plazo.

Respecto al potencial de los Activos Privados, las gestoras coincidieron con las bancas privadas en que aportan diversificación a la cartera (el número de empresas no cotizadas excede en siete veces el de cotizadas en el mundo), menor nivel de liquidez, y exigen inversiones mínimas elevadas, a pesar de que en España el regulador ha rebajado el capital mínimo a 10.000 euros. Sin embargo, sólo los inversores capaces de asumir dichos niveles de liquidez y comprender el riesgo, apostarán por esta clase de activos. Donde ven el mayor potencial es e

Por último, sobre la Inversión Sostenible que está tan de moda, las gestoras internacionales se mostraron algo escépticas. Porque el exceso de regulación más que beneficiar ha confundido a la industria, dificultando la toma de decisiones. En todo caso, las gestoras ven recorrido en 2023 con algunos activos, como el Hidrógeno Verde, que será imprescindible para el hito de emisiones netas zero en 2050; las infraestructuras sostenibles como el agua, o las energías limpias; y las infraestructuras sociales.

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